La Carrera de Artes Escénicas de la Universidad Javeriana está diseñada como una propuesta académica en donde cada área desde lo técnico hasta lo teórico, desde los laboratorios hasta los ensambles para la escena se cimentan en tres pilares fundamentales que son los estudios del performance, la improvisación y la visión somática que en definitiva crean un espacio de juego y de investigación que contradice a la academia tradicional. Cada estudiante debe adquirir el compromiso con su carrera para tener una experiencia en concordancia con sus intereses en primera persona, en singular que respalde todo su proceso educativo; debe aprender a tomar decisiones sobre lo que más se ajusta a sus necesidades expresivas o lo que más le reta, abriendo un camino esencial de toma de consciencia y autorregulación de bloqueos y potencialidades.
Cuando conocí a Lucía Imbachí Rodríguez en el primer semestre del 2022, fue en el Laboratorio de Composición Coreográfico y desde las primeras clases pude percibir en ella el rigor y disciplina que posee, sobre todo la pasión que siente por la Danza. Desde ese primer encuentro pude darme cuenta de que ella había tenido la posibilidad de una formación técnica y estilística muy marcada, que sin lugar a duda le permitían sentirse segura y cómoda dentro del proceso, pero esto precisamente podía jugarle en contra. La Carrera propone que cada estudiante debe ajustar y seleccionar sus materias de formación, diseñando su educación a partir de sus intereses y conocimiento, pero también saliendo de su zona de confort, esto requiere no sólo de talento para estar presente, sino de asumir riesgos y tomar el valor para expandir ese campo de posibles oportunidades, Lucía no fue la excepción y debió recorrer un largo camino entre momentos de frustración y la alegría de descubrir nuevas posibilidades para su danza.
Para Lucía Imbachí el Laboratorio de Composición resultaba uno de esos espacios provocadores pues la confrontaba con sus propias maneras de abordar la creación y con la necesidad de definir una forma de dar sentido a sus intereses como artista escénica. En el desarrollo de esta materia hay dos objetivos específicos importantes, el primero es que antes de hacer coreografía se debe hacer un mapeo de la propia corporalidad en todos sus planos, como fuente principal de creación, una “corpografía”, que debe tener los propios anhelos, miedos, vulnerabilidades o sueños como referente principal para la investigación-creación y el segundo observar el proceso con detalle para aprender a tomar decisiones conceptuales y de estilo.
Es esencial aprender a confiar en que “aquello que me mueve es lo que me conmueve”, aquello que hace parte de mi fuero interno, porque primero “siento, luego expreso”. Está claro que para personas con la sensibilidad de Lucía esto podía ser un enorme reto, pero a la vez un espacio que les permitiera abrirse a nuevas posibilidades, darse permiso al error, a la equivocación como puerta de autoconocimiento. Hacemos un trabajo teórico y sobre todo práctico que nos acerqué más a las necesidades expresivas de cada estudiante y deben trabajar esa corpografia como una pieza unipersonal, que además les permita crear también una pieza de video danza, llevando esta experiencia personal al final a la dimensión escénica coreográfica.
Durante estos procesos de investigación-creación ella se mostró participativa, receptiva y autocrítica, pero no al punto de la parálisis, sino que por lo general convirtió sus propios temores en un trampolín para seguir sus indagaciones y reflexiones. Con opiniones claras en el trabajo teórico y en los espacios de improvisación, atenta en el deseo de crear material coreográfico con un lenguaje que la represente, que se definía a través de varias de las influencias de danza que tiene, aportando nuevas valoraciones y significados, proponiendo elementos teatrales en la interpretación, jugando bien con el diseño espacial y las planimetrías, sus piezas finales estuvieron llenas de matices que mostraban otras cualidades de ella. Por otra parte, Lucía trabaja muy bien en equipo, fue muy consciente de que sus ejecutantes dieran lo mejor considerando el grado de dificultad de su material, al mismo tiempo hizo lo mismo para quienes la seleccionaron como ejecutante bailarina, asumiendo con respeto y compromiso cada una de las propuestas en las que participó, con mucha responsabilidad con cada uno de los coreógrafos y dando lo mejor de sí misma en la ejecución e interpretación.
Para el segundo semestre del 2022 Lucía Imbachí hizo parte de la clase de Técnica Básica de Danza Contemporánea, compartida con el Mtro. Arnulfo Pardo, en esta materia nos propusimos el objetivo de dar un nivel avanzado para aquellos estudiantes con énfasis en danza que querían subir el nivel técnico. Para ese momento ya había podido observar el nivel de Lucía, ella es una estudiante exigente con ella misma, consciente de sus posibilidades y a la vez, sabe reconocer sus limitaciones, tal vez una de ella es su propio nivel de exigencia. Estaba siempre muy pendiente de hacer cada ejercicio de forma detallada y limpia, buscando siempre ser clara en la secuencialidad del movimiento, es decir, que se notara el principio, desarrollo y final de cada paso. Si bien es cierto esto es un factor que la favorece, ambos profesores le hicimos la invitación a buscar más la sensación de vértigo, de apropiarse de manera más natural de todo el material de la clase, no sólo en cuanto a la ejecución de los pasos, sino también en su presencia en la misma. Ella tiene la suficiente autocrítica para adaptarse y comprender cuándo debe mejorar su trabajo, además posee la suficiente disciplina y conocimiento de sus condiciones técnicas, lo que le permite atender muy bien cualquier retroalimentación, reconociendo que cada proceso de aprendizaje es una adecuación y una permanente indagación de ella misma.
Lucía Imbachí es de ese tipo de estudiantes que, de manera silenciosa, con paciencia, buena actitud, con eficacia y disciplina, se fue afianzando en cada uno de los procesos académicos en los que hacía parte, puedo decir sin temor a equivocarme que ella es una persona-artista de las que fácilmente se convierten en necesarias en cualquier compañía o proyecto colectivo.
Sólo me queda desear que tenga un hermoso viaje profesional en donde continúe dando con generosidad todo ese potencial y talento que ha demostrado a lo largo de toda su carrera.
HUMBERTO CANESSA ULLOA
Maestro de Cátedra Carrera de Artes Escénicas
Facultad de Artes de Pontificia Universidad Javeriana
Bogotá, 2025